Muere Diane Keaton, la inolvidable protagonista de Annie Hall.
Desde «Annie Hall» hasta sus últimos días, Diane Keaton no interpretó personajes: los vivió. Su voz quebrada, su risa nerviosa y su forma de mirar hicieron del cine un lugar más humano, más imperfecto y más real.
Por Jorge Alonso Curiel
HoyLunes – La actriz estadounidense Diane Keaton, ganadora del Óscar por Annie Hall y una de las figuras más respetadas y queridas del cine contemporáneo, falleció este sábado 11 de octubre de 2025 a los 79 años, según confirmó la revista People. La familia no ha revelado las causas del deceso y ha pedido respeto y privacidad en estos momentos tan duros.
Keaton deja tras de sí más de medio siglo de carrera, un estilo inconfundible y una personalidad que desafió los moldes de Hollywood.
Nacida en Los Ángeles en 1946 como Diane Hall, adoptó el apellido de soltera de su madre para su nombre artístico. Tras formarse en teatro y participar en el musical Hair en Broadway, dio su salto al cine a comienzos de los años setenta. Su primer gran papel llegó en El Padrino (1972), donde interpretó a Kay Adams, la esposa de Michael Corleone, personaje que repetiría en las dos secuelas de la saga dirigida por Francis Ford Coppola.

En 1977 alcanzó la consagración definitiva con Annie Hall, dirigida por Woody Allen. Su interpretación le valió el Óscar a la mejor actriz y convirtió su personaje en un icono de la cultura popular. El estilo relajado y masculino de Annie —pantalones anchos, corbata, camisa abrochada hasta el último botín y sombrero— marcó tendencia y quedó ligado para siempre a su figura.
“Annie Hall fue mi alter ego”, confesó en una entrevista con The New York Times. “Era torpe, hablaba demasiado, vestía raro… y por eso la gente la quería. Era yo, básicamente”.
A lo largo de su carrera, Keaton combinó la comedia con el drama, demostrando una versatilidad poco común. Fue nominada al Óscar en cuatro ocasiones: por Annie Hall (1977), Reds (1981), Marvin’s Room (1996) y Something’s Gotta Given (2003). Participó también en títulos tan populares como Father of the Bride, El club de las primeras esposas o Book Club. Su última aparición en la gran pantalla fue en Summer Camp (2024).
Más allá del éxito, Keaton siempre se definió como una mujer insegura y perfeccionista. “Nunca me sentí una belleza de Hollywood. No era Meryl Streep ni Faye Dunaway. Solo era yo, intentando parecerme a mí misma”, decía con humor en una entrevista con Vanity Fair.

Sobre su decisión de no casarse, fue directa: “No creo que el matrimonio sea para mí. Me gustan las historias, me gusta el amor, pero no me gusta la idea de ser esposa”.
Aun así, su vida estuvo marcada por relaciones profundas con Woody Allen, Al Pacino y Warren Beatty, y por la maternidad tardía: adoptó a sus dos hijos, Dexter y Duke, a los 50 años. “Ser madre fue lo más aterrador y lo más real que me ha pasado. Nada en Hollywood se compara con eso”.
Su autenticidad la convirtió también en un referente de estilo. “No sigo la moda, sigo mi instinto. Si algo me hace sentir cómoda, lo uso”. Ese instinto la llevó a transformar su extravagancia en sello personal: sombreros, trajes, chalecos y una mezcla única de elegancia y humor que inspiró a generaciones.

Diane Keaton fue también fotógrafa, directora y escritora. Publicó memorias y libros sobre arquitectura y diseño, siempre con una mirada curiosa y juguetona. “La vida no tiene que ser perfecta para ser increíble. Y eso, creo, lo aprendí tarde”.
Con su muerte, el cine pierde a toda una personalidad, pero su legado permanecerá en cada una de sus películas que llena con su sola presencia.
He tenido suerte —dijo alguna vez—. No porque todo haya sido fácil, sino porque todo ha sido mío.

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